¡Esto es para ti!
Han pasado doce años desde que comenzó este viaje. Se siente como un sueño cuando te das cuenta de cuántas historias se han contado y cuántas vidas se han visto afectadas positivamente desde que este proyecto comenzó en una pequeña habitación y fue alimentado por un grupo de niños que jugaban mientras sus padres conversaban sobre las formas de cambiar el mundo.
En ese entonces, el grupo de estudiantes estaba formado por menos de doce niños y niñas, la mayoría proveniente de diferentes culturas y orígenes. Ahora, el cuerpo de estudiantes está formado por más de cien niños y niñas, de los cuales el 85% proviene de familias Mayas locales de los pueblos del lado oeste del Lago Atitlán, que se benefician del programa de becas de la Escuela Caracol, lo que les permite acceder a una educación de calidad en la primera y única escuela Waldorf en Guatemala.
No sabemos si alguien pensó que la Escuela Caracol iba a crecer tan rápido como lo hizo, pero estamos seguros de que se construyó impulsada por el amor y con la premisa de hacer todo lo posible para promover cambios positivos en las vidas de los niños y niñas del lago Atitlán.
Recordamos de dónde viene la Escuela Caracol y sabemos hacia dónde se dirige, lo que nunca debemos olvidar es que, es gracias a los soñadores que fundaron este maravilloso proyecto, que tenemos un camino que seguir, y que nos llevará a continuar alimentando cabezas, corazones y manos de niños durante muchos años.
Hoy, solo tenemos una palabra para ellos, los que dieron origen a la Escuela Caracol, y para todos ustedes, los que mantienen este sueño vivo:
Matiox!