Reflexiones para Escuela Caracol

Hola queridos amigos de Escuela Caracol,

He estado en casa por más de un mes y finalmente puedo hablar acerca de mis experiencias como voluntaria por 5 semanas en el kinder de Escuela Caracol justo cuando comenzó el nuevo ciclo escolar. Supe que esta sería una oportunidad muy especial para regresar a un aula Waldorf, para observar la apertura de la escuela, la bienvenida a los niños y niñas que, por primera vez, estarían experimentando la vida escolar. No sabía lo profundamente sanadora y motivadora sería para mi esta experiencia. Me puse de nuevo en contacto con la vida misma, con cada planta y con cada ser humano, y con lo sagrado de todas nuestras relaciones.

Estas líneas del poema de John O’Donahue “En Celebración” capturan mucho de mi experiencia:

“Llegó el momento de liberar el corazón/de dejar que las intenciones y preocupaciones cesen /de liberar el júbilo interior del ser/Despierta a la maravilla de tu vida. Abre los ojos y mira a los amigos/cuyos corazones reconocen tu rostro como familiar/aquellos de quienes la bondad observante y cercana/te motiva a vivir todo aquí.”

Esto fue lo que su Escuela me ofreció. Esto es lo que los niños experimentan cada día. Hay amor y calidez en todo lo que hacen. Para mi, fue mágico, pararme como colega en el laberinto de espiral cada mañana, en el círculo de maestros dedicado a compartir versos de Stainer.

Fue transformador ser saludada cada mañana con tanto amor y respeto. Y luego mi corazón se llenaba con jubilo mientras observaba a las maestras Maribel y Sandra saludar a cada niño y niña cada día, con tanta reverencia, amor y honor. Vi como, hasta el niño más asustado durante el primer día de clases, relajarse en tan solo algunas semanas y como cada niño y niña encontró su lugar dentro del grupo.

Gracias Maribel, Sandra, Wendy y Ceci por el gozo y preocupación que imprimen a sus tareas en las clases de kinder, sus peques están floreciendo en su salón de la misma forma que yo lo hice.

Muchas gracias,

Caro.