Carta de un visitante:
Es una experiencia única el llegar a casa como un visitante. En muchas formas así es para my hija, Mirabai, y para mi, llegar para una corta visita durante nuestras vacaciones de primavera. Ambos estábamos nerviosos mientras entrábamos por la puerta principal de Escuela Caracol, pero el escuchar la forma en que nos llamaban a lo largo del jardín y los cálidos abrazos rápidamente nos hicieron sentir cómodos. Mirabai se incorporó a su clase casi como si nunca se hubiera ido. La recibieron como familia. Para quienes conocen la escuela pero no la han visitado recientemente, me siento emocionado de reportarles que esta pequeña escuela con un gran corazón se encuentra llena de rostros resplandecientes y vitalidad. Todavía es “la escuela donde los estudiantes son felices;” aun es la Familia Caracol.
Luego de la partida de nuestra familia el pasado julio, no estaba seguro de qué esperar en esta visita. Lo que encontré fue una escuela vibrante pero con los pies en la tierra, fui golpeado por cuan humano y auténtico se siente incluso cuando está lleno de diversidad – de lenguaje, cultura, formas de ver el mundo. Un contraste tan rígido con la típica experiencia norteamericana. Algo especial, algo mágico se esta cocinando lentamente en Escuela Caracol.
El día que llegué, los estudiantes estaban preparando una canción, “El nuevo día,” para presentarla el próximo sábado en el pueblo. Al terminar el ensayo, los estudiantes de quinto y sexto primaria practicaron la guitarra en las afueras, bajo la sombra de los árboles. Mientras tanto la directora pedagógica se encontraba en la cocina preparando chocolate para una actividad con ese mismo grupo. Los chicos estarían de vacaciones de Semana Santa, así que los estudiantes mayores estaban preparando los huevos de chocolate artesanal para esconder en el jardín para celebrar con los más pequeños. Los grupos de kindergarten estaban yendo de excursión, los niños de segundo grado estudiaban fábulas, los niños de quinto la India Antigua, y al día siguiente tercero tendría su primer clase de natación en el lago. Tanta actividad, aún así el aire se sentía libre de cualquier tensión o estrés.
Los ensayos eran para presentaciones durante el Movimiento Caracol, una actividad de recaudación que los maestros planificar tener en el centro del pueblo. Habrá una variedad de conciertos y presentaciones, artesanías a la venta, así como comida preparado por los padres de familia.
Si pueden contribuir de cualquier forma con Escuela Caracol, tal vez apadrinando algún estudiante, haciendo conciencia en su comunidad o simplemente compartiendo este mensaje con su familia y amigos, podrían lograr un gran cambio.
Estoy convencido más que nunca de la necesidad que el mundo tiene de Escuela Caracol. Está siendo pionera trabajando el futuro con el énfasis intercultural y el impulso hacia una nueva conciencia que unifica la sabiduría social de los pueblos indígenas con la conciencia moderna de lo individual. En muchas formas está luchando para sobrevivir a la periferia del mundo físico, pero en un sentido más espiritual está viviendo en la plenitud del centro de la esperanza.
Gracias Escuela Caracol, por la riqueza que le has dado a mi familia y a tantas otras. Gracias por ser la sal de la tierra y la luz en la montaña.
Con amor,
Joshua Wilson